TRECE DÍAS  (2000)

(Thirteen Days)

Ficha técnica

Duración: 2:19:39

Director: Roger Donaldson

Reparto: Kevin Costner (Kenny O'Donnell), Bruce Greenwood (John F. Kennedy), Steven Culp (Robert F. Kennedy), Dylan Baker (Robert McNamara), Henry Strozier (Dean Rusk), Frank Wood (McGeorge Bundy), Len Cariou (Dean Acheson), Janet Coleman (Evelyn Lincoln), Stephanie Romanov (Jacqueline Kennedy), Bill Smitrovich (General Maxwell Taylor), Ed Lauter (General Marshall Carter).

Guión:  David Self; basado en el libro "The Kennedy Tapes - Inside the White House during de Cuban missile crisis" de Ernest R. May y Philip D. Zelikow.

Productores: Kevin Costner, Marc Abraham, Peter O. Almond, Armyan Bernstein y Kevin O'Donnell.

sica: Trevor Jones.

Fotografía: Andrzej Bartkowiak, Roger Deakins y Christopher Duddy.

Montaje: Conrad Buff.

Diseño de producción: Dennis Washington.
Dirección artística: Ann Harris, Tom Targownik y Thomas T. Taylor.
Vestuario: Issis Mussenden.
Decorados: Denise Pizzini.
Dirección de producción: Paul Deason y Denise Pinckley.

País: USA.

Estreno en USA: 25-12-2000

Estreno en España: 23-03-2001
Presupuesto: $1.800.000

 

Lo que aquí se plantea es que en un determinado momento, la crisis de los misiles de Cuba amenazó con desencadenar una guerra mundial. La actitud que tomaron tanto Kennedy como Kruschev lo impidió.

En aquellos años Kennedy contaba con un equipo de asesores especialistas en diseñar estrategias, la RAND corporation ( uno de cuyos consejeros fue John Forbes Nash, cuya biografía se relata en " una mente maravillosa"). La Teoría de juegos, con la que trabajaban principalmente estos asesores- por si os suena, "el dilema del prisionero" es parte de esa teoría- busca soluciones a conflictos teniendo en cuenta las distintas respuestas del oponente. Se basa, por supuesto, en que cada uno busca su propio beneficio. Pero hay conflictos en los que alguno de los resultados posibles es excepcionalmente negativo para las dos partes, y la forma más beneficiosa para ambos sería la busqueda del bien común.

En un momento de la película, el presidente expone una idea basada en la Teoría de Juegos, asesorado por la RAND corporation, entre cuyos asesores encontramos a John Forbes Nash ...

 

Sinopsis (Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)

 

Lo que aquí se plantea es que en un determinado momento, la crisis de los misiles de Cuba amenazó con desencadenar una guerra mundial. La actitud que tomaron tanto Kennedy como Kruschev lo impidió.

En aquellos años Kennedy contaba con un equipo de asesores especialistas en diseñar estrategias, la RAND corporation ( uno de cuyos consejeros fue John Forbes Nash, cuya biografía se relata en " una mente maravillosa"). La Teoría de juegos, con la que trabajaban principalmente estos asesores- por si os suena, "el dilema del prisionero" es parte de esa teoría- busca soluciones a conflictos teniendo en cuenta las distintas respuestas del oponente. Se basa, por supuesto, en que cada uno busca su propio beneficio. Pero hay conflictos en los que alguno de los resultados posibles es excepcionalmente negativo para las dos partes, y la forma más beneficiosa para ambos sería la busqueda del bien común.

En un momento de la película, el presidente expone una idea basada en el trabajo de estos teóricos:

El motivo de un ataque es defenderse. Si alguien se siente atacado por el otro, aunque no sea cierto que le esté atacando, va a responder de una forma agresiva, el otro se siente atacado a su vez y vuelve a responder con violencia, y lo que en un principio podía ser un malentendido, llega a convertirse en una gran disputa.¿Qué hacer? haz como si no te estuvieran atacando, con la confianza de que la otra parte perciba con ello tus intenciones de evitar el conflicto y al no sentirse atacado, no seguirá respondiendo agresivamente. Según la película, los americanos cometieron un fallo que la antigua Unión Soviética interpretó como un intento de ataque.

Los acontecimientos que desencadenan la crisis:

El gobierno de Estados Unidos tenía misiles atómicos en Turquía.

Los espías estadounidenses detectan la presencia de tropas soviéticas en Cuba y la construcción de una rampa de lanzamiento de misiles en la isla. Evidentemente Kruschev se sentía amenazado por estos misiles apuntándoles desde Turquía.

Kennedy entonces impone un bloqueo a Cuba a la vez que la rodea con sus tropas para evitar ser atacado por sorpresa.( la distancia a la que se encontraban los misiles podría hacer desaparecer los Estados Unidos de America en cuestión de minutos, sin darles tiempo a reaccionar).

Kruschev envía dos comunicados a través de diferentes intermediarios, poniendo unas condiciones para retirar los misiles. Digamos que uno de ellos, más amistoso que el otro.
 

Según la teoría en la que se sustenta Kennedy para tomar su decisión, cada paso que daban podía ser interpretado como un intento de paz o como una amenaza de guerra. Kennedy pretendía que se tomaran sus movimientos como un acercamiento. En un momento determinado decide incluso ignorar una de los mensajes enviados por Kruschev, considerado altamente provocativo, como una forma de evitar el conflicto: " si contestamos a este mensaje, deberíamos declarar la guerra pues no están amenazando,al pedirnos algo imposible de aceptar. Haremos como si no lo hubieramos recibido y sólo contestaremos al otro mensaje, en el que nos da una posible salida honrosa que sí podríamos aceptar".


Asumió un riesgo, el de que realmente los soviéticos quisieran atacarles- algo que además sostenían los más altos cargos militares que se reunían con Kennedy-.

Kennedy se enfrentaba a varias cosas, definitivamente: por un lado a la opinión pública, que podría llegar a pensar que tenía un presidente demasiado débil y temeroso de enfrentarse a su oponente e incapaz por tanto de defender su país.

Por otro lado se enfrentaba a la plana mayor de su ejército, empeñados en atacar y aprovechar el conflicto como una excusa para acabar con Cuba y su régimen comunista, a la que consideraban una gran amenaza por encontrarse físicamente tan cerca de sus fronteras.

Y finalmente se enfrentaba a la duda de si realmente Kruschev pretendía, como él, evitar la guerra, o por el contrario la buscaba. Kennedy echó toda la carne en el asador, y apostó por la sensatez del dirigente soviético,sabiendo que una solución tan drástica no podía ser beneficiosa para nadie, obvió los mensajes más agresivos incluso un ataque realizado por la URSS en un momento de gran tensión, que se saldó con algún muerto,y decidió no tomarselo como un deseo de guerra por parte del Kremlin. Era la salida más beneficiosa posible. Decir abiertamente que no a la primera propuesta hubiera supuesto una tercera guerra mundial.

Finalmente llegaron al acuerdo que era menos malo para ambos,como podemos ver si miramos el mapa, y vemos que Cuba y Fidel siguen existiendo.Si miramos un libro de historia, y vemos que la última Gran Guerra fue la II Guerra Mundial, o simplemente si miramos a nuestro alrededor y vemos que el mundo sigue existiendo, imperfecto, pero lleno de gente viva.

 

PD : Después de esto se instaló el famoso " teléfono rojo" entre el Kremlin y la Casa Blanca .

 

 

Los interiores, casi todos filmados en Los Angeles, respetan escrupulosamente la Casa Blanca de 1962. Los exteriores, rodados en Filipinas y en la costa de Nueva Inglaterra, podían haberse filmado en Cuba, pero sirven perfectamente. Los hongos nucleares, que se repiten en tres o cuatro ocasiones a modo de ráfagas de separación, son de las pocas concesiones al sensacionalismo y sobran algunas escenas melodramáticas de la familia de O'Donnell.

A pesar de todo, para un Hollywood sediento de asteroides amenazantes para la Tierra, satanes de mil colores y dinosaurios dilapidadores de seres humanos, Trece días es un modelo de mesura si pensamos en lo cerca que estuvo el mundo del holocausto atómico.

El guionista principal, David Self, aprovecha magníficamente las 100 horas de recuerdos grabados por Kenneth O'Donnell antes de su muerte, en 1977. Sin la ayuda de Kevin, hijo de O'Donnell y desde 1999 copropietario de Beacon Pictures, productora de la película, no habría tenido acceso a las cintas y Trece días, tal como llegó a las pantallas en el año 2000, habría sido imposible.

Sin Kevin y las cintas de su padre, el resultado habría sido otro Titanic, historia de amor incluida, como aparece en los primeros bocetos de los productores Peter Almond y Armyan Bernstein ya en 1995, pero nos habríamos perdido la obra de 80 millones de dólares en que se describe en 145 minutos los 13 días y las 13 noches en que el mundo ha estado más cerca de una guerra nuclear.

Bernstein, licenciado en Historia por Wisconsin, llevaba años fascinado por la crisis de los misiles. Conocía el libro de Graham T. Allison, Essence of decision, investigación pionera sobre el modelo burocrático a partir de la crisis de 1962: «Las maniobras de los aparatos que informan y aconsejan a los dirigentes y que llevan a cabo su propia estrategia», en palabras del gran maestro francés de las relaciones internacionales Marcel Merle. De ahí a afirmar que los generales amenazaron a JFK con un golpe militar hay un gran trecho.

Lo difícil era contar la historia sin caer en otro culebrón de Camelot. Las cintas de O'Donnell le dieron la respuesta. El irlandés Kenny, compañero de habitación de Robert en Harvard y jefe de las campañas de John al Senado y a la Presidencia, nunca tuvo en la vida real la influencia que tiene en la película.

Es la primera distorsión y la más repetida cuando contrastamos Trece días con lo que hoy sabemos sobre la crisis gracias a los archivos de la Seguridad Nacional y del KGB, y a los textos de Fursenko y Naftali, James Blight, Michael Beschloss, Ernest May-Philip Zelikov (The Kennedy Tapes...) y otros.

Un profano sale convencido de que JFK jamás se habría atrevido a anunciar el bloqueo de Cuba por televisión, RFK nunca habría cerrado el acuerdo con el embajador Anatoly Dobrynin y Adlai Stevenson no habría tenido agallas para poner en evidencia las mentiras soviéticas ante el Consejo de Seguridad de la ONU sin los sabios consejos y silbidos del cobra Kenny.

Serían mentirijillas, pecados veniales, si O'Donnell hubiera estado realmente en las reuniones y actuado como asesor. No es el caso. Los que decidieron la oferta final a Nikita Krushchev por medio de Dobrynin fueron, junto a los Kennedy, Dean Rusk, Robert McNamara, George Ball, Roswell Gilpatrick, Llewellyn Thompson, McGregor Bundy y Theodore Sorensen. O'Donnell estuvo siempre cerca, pero en la antesala. «Kenny fue un ser admirable, pero no tuvo nada que ver con la crisis de los misiles», dijo Arthur Schlesinger hijo, historiador de los Kennedy, al Boston Globe después de ver la película.

Theodore Sorensen, alter ego y, según casi todos los estudiosos de la Casa Blanca, el principal consejero del presidente después de Robert Kennedy, es más benevolente. «Kenny no jugó el papel que se le atribuye en la película... pero, teniendo en cuenta la relación de su hijo Kevin con el filme, es comprensible», declaró al Washington Post el 3 de febrero del año pasado. «No me atrevo a criticarlo porque las cuestiones principales de la crisis están planteadas correctamente y quiero que los jóvenes vayan a ver la película y se enteren de cómo John F. Kennedy salvó al mundo».

La película está muy bien como provocación y sus diálogos son un pozo de reflexiones políticas, filosóficas y humanas interesantes, pero como fuente para saber realmente quién y cómo salvó al mundo de una guerra nuclear en 1962 deja bastante que desear.

Para empezar, Cuba y la URSS no aparecen en el filme. Nada se dice de los planes estadounidenses para asesinar a Fidel Castro y para invadir de nuevo la isla tras el desastre de Bahía de Cochinos. No se puede entender la aprobación del despliegue de misiles soviéticos en territorio cubano por Fidel sin tener en cuenta la omnipresente amenaza estadounidense contra Cuba.

El mismo Robert McNamara, secretario de Defensa en la Administración Kennedy, reconocía en 1989 las operaciones encubiertas para liquidar el régimen castrista. Para Philip Brenner, profesor de relaciones internacionales de la American University y autor de varios libros sobre el enfrentamiento entre EEUU y Cuba, «el principal error de la película es esta visión parcial de los hechos».

Misiles Júpiter

No es el único error. Igual o más importante es el silencio sobre la instalación de los misiles Júpiter por EEUU en Turquía y en Italia en 1959. Los Júpiter se activaron en abril de 1962, cinco meses antes de la crisis de octubre. No hace falta leer las memorias de Krushchev para saber la presión a la que estuvo sometido el dirigente soviético por sus generales para equilibrar la ecuación nuclear. Cuba fue su respuesta.

Los principales críticos han hecho un flaco servicio a la verdad.Elvis Mitchell califica de «competente y exacta» la versión de la crisis en el New York Times. Lo sería sólo si nos olvidamos de los planes de invasión de Cuba, de los Júpiter y de la escalada militar estadounidense en respuesta a una inventada superioridad soviética.

Stephen Hunter asegura en el Washington Post que Trece días explica «bastante bien por qué el mundo no se terminó en 1962». Si desea saber realmente por qué el mundo o, al menos, muchos millones de seres humanos no perecieron en una guerra nuclear en 1962, le aconsejo que, tras disfrutar de la película, se conecte a la dirección www.gwu.edu/ de Internet, y consulte los archivos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en cuba_mis_cri/declass.html.

Descubrirá, en primer lugar, que la crisis de octubre no fue un episodio aislado, producto de los malignos comunistas soviéticos, sino la culminación de unas relaciones que se fueron deteriorando durante años entre EEUU y la URSS y entre EEUU y Cuba. Aprenderá que la confrontación no empezó el 16 de octubre ni terminó el 28 de octubre. Se inició años antes y terminó con la caída del Muro de Berlín, en 1989.

Y una última lección, que parece olvidada también tras el 11-S: si el mundo está lleno de dirigentes dispuestos a sacrificarlo todo por defender la seguridad nacional de sus países y/o de sus pueblos, la paz no se conseguirá asesinándolos o derrocando sus regímenes, sino respetando la seguridad de los demás.

 

 

 

 

Sólo activo en directo, en presentaciones y Congresos... Escena:  0:04:25  -  0:06:18    (ESCENA 1)

Una simple niña que se cruza en su camino durante un segundo hace que Helen tome o pierda el metro. ese simple hecho llevará a Helen a vivir dos vidas paralelas.

 

 

PREMIOS

La película tuvo mucho éxito en las taquillas como resultado tuvo nominaciones a los premios BAFTA y los premios Oscar, en este caso el film tuvo 4 nominaciones a los Oscar en las categorías:

Mejor Película

Mejor Director: Stanley Kubrick.

Mejor Guion Adaptado: Stanley Kubrick, Terry Southern y Peter George.

Mejor Actor: Peter Sellers.

Sin embargo, no se llevo ninguna estatuilla en ninguna de las categorías.

 

 

Esta página WEB se dedica exclusivamente a fines educativos, relacionando las "Matemáticas y el Cine".

No existe ningún interés lucrativo.

Las imágenes han sido tomadas de la TV y de Internet.

Envíanos tus aportaciones, sugerencias...

     

© Abel Martín&Marta Martín Sierra