En esta película
iremos intercalando escenas de contenido matemático con la sinopsis:
Fidelísima adaptación
del estupendo cuento “Un túnel llamado Moebius” (1950), del
astrónomo Armin Joseph Deutsch.
Un
tren del Metro de Buenos Aires, el 86, desaparece inexplicablemente con
más de 30 pasajeros. Los conductores de otras líneas creen oírlo, de hecho los sistemas de
seguridad detectan su presencia en diferentes ocasiones, pero nadie consigue verlo, ni saber dónde está.

Los responsables del
“Subte”, como se llama al metro en Argentina, y las autoridades tratarán
de resolver el enigma antes de que la opinión pública se entere del
asunto.
En principio tratan
de ponerse en contacto con el ingeniero que supervisó las obras de
ampliación del Metro. Pero, apurado por los plazos de ejecución de otra
obra, contacta con Daniel Pratt, un joven matemático, topólogo, del que tiene referencias.
Una vez más, el poder
urge soluciones y la ciencia desvela complejidades.
Escena: 0:09:43
- 0:12:33 (ESCENA
1)
- Le
llamé a usted que le gustan los problemas
-comenta irónicamente el
ingeniero del metro. El nivel de sarcasmo de la práctica totalidad de los
diálogos es muy elevado.
Entonces Pratt, al
conocer el asunto, le replica que él es topólogo.
- ¡Ah! La
fascinación por el análisis de las superficies
-replica el
ingeniero, y añade - Ustedes los matemáticos ... , una fórmula, un
cálculo, y lo guardan en el fondo de un libro.
Una vez designado
para resolver el asunto, Pratt se presenta ante el director del Metro,
Marcos Blasi, contrariado porque no es la persona que esperaba:
Escena: 0:13:50
- 0:15:26 (ESCENA
2)
- Me dieron las
instrucciones para solucionar lo que necesita.
- Pero si usted no
tiene ni idea de lo que se trata.
- ¿Un
matemático? ¿para qué sirve eso? ¿para qué quiero yo un matemático?
- Soy
topólogo. Matemático.
- ¿Para qué
sirve eso?.
-
Es una rama de las
Matemáticas que investiga las superficies... y las convierte en fórmulas.
- ¡Muy útil
para mis nervios! ¡Esto es el colmo!.
Haciendo honor a su
especialidad, lo primero que se le ocurre es consultar los planos del
“perimetral”. Y como usualmente ocurre, los planos no aparecen donde
deberían estar. Pratt se escandaliza:
- Los planos
originales no se pueden retirar
-
a lo que el anciano
archivero replica - Depende de quien los pida.
Escena: 0:24:04
- 0:26:50 (ESCENA
3)
Para localizar los
planos, sus pesquisas le llevan a un antiguo profesor suyo de Matemáticas
de la facultad. Cuando Pratt llega allí, asistimos al final de una clase
de una profesora, de la Cátedra de topología, ante no más de una
veintena de alumnos, sobre espacios topológicos.
Hace una reflexión final que nos da pistas sobre lo que va a ocurrir:
-
Cualquiera que dijera que ciertas regiones del tiempo se
paralizan, habría que, por lo menos, escucharlo. Puede que tenga razón.

Al preguntarle
sobre el paradero del viejo profesor a cargo de la cátedra, se sorprende e
informa a Pratt que hacía años que no daba clase:
- Estaba
abstraído, había perdido el interés por las clases. Tenía la cabeza en
otra cosa.
Escena: 0:49:16
- 0:57:11 (ESCENA
4)
Momento en el que
Daniel Pratt se percata de cuál puede ser el problema: alguien ha
construido sobre las vías del metro una banda de Moebius.
- Este
tren, en algún punto de su recorrido, se esfumó. Dio con un nodo, que en
el campo de la topología es una particularidad, un polo de orden
superior. El sistema perimetral es una red de asombrosa complejidad
topológica, llevando a la conectividad de todo el sistema a un orden tal
alto que no sé cómo calcularlo, supongo que ha llegado a ser infinito. De
ser así podríamos deducir que el sistema se comporta como una cinta de
Moebius
-comenta, mientras describe cómo se construye una cinta de
Moebius.

- ¿Podrían
imaginarse las infinitas propiedades matemáticas existentes?
- ¿Ésta es la posible
explicación? ¡Usted es un desubicado!
- Es una
desgracia
que no haya nadie que pueda dar una explicación coherente.
- Oiga, señor
matemático, no quiero verle más por aquí.
Los momentos de
investigaciones matemáticas se suceden en poco tiempo; son análisis
convulsivos, nerviosos, estereotipo al que ya estamos habituados, lejos de
la realidad del trabajo diario y método del matemático.

Escena:
1:10:44 - 1:17:32 (ESCENA
5)
Finalmente se
encuentra con su viejo profesor desaparecido, en otra dimensión, en ese
tren fantasma, en otro tiempo, en fecha diferente, en una nueva alusión a
la tan deseada cuarta dimensión, harto de repetir las mismas frases, las
mismas ideas, sin ser escuchado, explicando aquello que no quieren
entender.

Las frases se
suceden, la Filosofía aflora, la mezcla de imágenes en diferentes tiempos
se observan.
Realmente destacan
multitud de diálogos "matemático - filosóficos" que no hacen sino resaltar
el carácter abstracto de nuestra querida ciencia, además de interesantes
las reflexiones sobre la sociedad actual, sobre las no resueltas
desapariciones durante la dictadura argentina, finalizando la película con
el anuncio cíclico de una nueva desaparición:
- El hombre ha
inventado numerosas máquinas, pero él mismo olvida que es una máquina
mucho más complicada que todas las que ha inventado.
- El hombre no
conoce ni hasta qué punto no se conoce.
- Nadie puede
enfrentarse al infinito sin sentir vértigo.
- Vivimos en un
mundo en el que ya nadie escucha.
- Nos estamos
moviendo a la velocidad del pensamiento.
- Viajamos a una velocidad imposible.
- Un simple
cambio de vías. El tren cruzó un empalme después de una curva. La
combinación justa, en el momento adecuado, para aplicar las propiedades:
una cinta de Moebius.
- ¿Cómo puede ser que una
superficie finita se convierta en infinita?

Destaca el uso
de la perspectiva y la entrada en campo de diversos personajes, resaltando
de continuo el contraste en la variedad de planos focales, produciendo,
mediante este efecto óptico, un juego de contrastes, en su selección de
objetivos y subrayando de tal modo lo que plantea la película en su fondo:
el encuentro entre dos concepciones antitéticas, dos universos alternos
que coinciden en un punto que sirve de cruce entre éste y aquél. Ese
subrayado se acentúa también con una serie de metáforas visuales:
La más patente de las
cuales sería esa montaña rusa que reproduce la figura de una cinta de
Moebius:

El plano al que sigue
de inmediato un calendario que muestra un inmenso 8, otra representación
de la cinta, que inclinado ofrecerá el emblema del infinito, un plano en
contrapicado de una carretera escindida, rota, que no conduce a lugar
alguno.

La cinta de Moebius

x(u,v) = [1 +
(v/2) cos (u/2)]· cos u
y(u,v) = [1 +
(v/2) cos (u/2)]· sen u
z(u,v) = (v/2) sin
(u/2)

x = cos u
+ v cos (u/2)· cos u
y = sen u + v cos
(u/2)· sen u
z = v sin
(u/2)

donde 0 ≤ u < 2π
y - 1 ≤ v ≤ 1 Esto produce una
banda de Möbius de ancho unitario, cuya circunferencia central tiene radio
unitario y se encuentra en el plano coordenado x-y centrada en (0,0,0). El
parámetro u recorre la banda mientras v se
desplaza de un borde a otro.
La
banda de Möbius o cinta de Möbius (pronunciado en español a menudo
"moebius", pero nunca "mobius") es una superficie con un solo lado y un
solo componente de contorno. Tiene la propiedad matemática de ser un
objeto no orientable. También es una superficie reglada. Fue codescubierta
en forma independiente por los matemáticos alemanes August Ferdinand
Möbius y Johann Benedict Listing en 1858.
La banda de Möbius
tiene una serie de propiedades curiosas:
Para construirla se
parte de una cinta cerrada de dos componentes en la frontera (un cilindro
Sl x I), se hace un corte (entre las dos fronteras), se gira 180° uno de
los extremos y se vuelve a pegar. La banda resultante tiene sólo un borde,
lo que se puede comprobar siguiendo el borde con un dedo, por ejemplo, y
notando que se alcanza el punto opuesto sin haber atravesado la
superficie; asimismo, si se trata de pintar un lado de un color y el
opuesto de otro, se llegará al momento en que los dos colores choquen. Si
se parte con una díada (pareja) de ejes perpendiculares, y se desplaza
paralelamente a lo largo de la cinta, se llegará al punto de partida con
la orientación invertida. Este objeto se utiliza frecuentemente como
ejemplo en
topología. Constituye una de las paradojas geométricas más célebres y
comprensibles inmediatamente.
Una forma de
representar la banda de Möbius (cerrada
y con frontera) como un subconjunto de R3 es mediante la parametrización:
Aplicaciones en la
vida cotidiana.
- En un casete de
audio, de los que se usan en los grabadores comunes, entran en una especie
de loop o lazo, el tape está enrollado como una cinta de Moebius. En
ellos, se puede grabar de los dos “lados”, y el aprovechamiento mayor de
su capacidad es obvio.
- Hay ciertas
impresoras que funcionan a tinta o las viejas máquinas de escribir, solían
tener enrollada la cinta que va dentro del cartucho formando una banda de
Moebius.
- Por último, una
curiosidad más: Elizabeth Zimmerman diseñó unas bufandas aprovechando las
cintas de Moebius e hizo una fortuna con sus tejidos.
El interés en las
bandas de Moebius no pasa sólo por sus aplicaciones, reales o potenciales.
Pasa por la imaginación y el descubrimiento de algo que ahora parece
sencillo y obvio. Hace un poquito más de un siglo y medio, no lo era y es producto de hacer matemática.
Comentario.
La película es el
ejercicio efectuado por un conjunto de 45 estudiantes y algunos de sus
profesores de la Universidad del Cine de Buenos Aires. Con un escasísimo
presupuesto, ha ganado diversos premios: en
el Festival de Cine de La Habana de 1996: mejor fotografía y mejor sonido
(Martín Grignaschi); en el Festival de Cine Hispano de Miami de 1996:
mejor guión; en la Vienale de 1997, el premio FIPRESCI a su realizador
Gazapos
Escena:
0:09:43 - 0:12:33
Cuando le regalan al
protagonista un juego topológico pregunta:
- Y esto...
¿para qué sirve?.
- No lo sé,
dicen que potencia la percepción, ¡resuélvalo!.

¿Cómo
un topólogo no va a saber lo que es un juego topológico?
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