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John “Scottie”
Ferguson (Stewart) es un detective de San Francisco, que
decide dejar el cuerpo de policía tras un accidente en el que muere un compañero suyo
por salvarle la vida en el tejado de un edificio. Tras este suceso Scottie
descubre que padece acrofobia, es decir, miedo a las alturas. Poco más
tarde un antiguo amigo, Gavin Elster (Tom Helmore), le llama para que
vigile a su esposa Madeleine (Novak), quien parece estar poseída por el
espíritu de su bisabuela, Carlota Valdés, muerta exactamente cien años
antes. La sigue a sitios tan dispares como una floristería, un
hotel, un cementerio, un museo.

y
hasta la bahía de San Francisco, donde junto al Golden Gate Bridge está a punto de suicidarse.

A raíz de esto traban una
profunda amistad que poco después se convertirá en una irrefrenable
pasión. Un día Madeleine le habla de un sueño donde aparece una antigua
misión española, y Scottie, conocedor del lugar, le dice que ese sitio
existe y la lleva hasta allí. Madeleine se escapa corriendo hacía la
iglesia y sube al campanario. Scottie a causa de su vértigo no puede
seguirla y poco después la ve caer al vacío.

Ha pasado el tiempo, y Scottie, aún tremendamente deprimido, se topa por la calle con Judy Barton
(Novak) que es la doble perfecta de Madeleine, pero con algunas
diferencias de carácter y físicas. Scottie decide transformar a Judy en
Madeleine, y cuando lo ha conseguido, descubre por un collar que ambas son
la misma mujer. En su afán de hacerla confesar, la lleva a la misión donde
“falleció” Madeleine, y una vez allí Judy se lo explica todo, pero...

Escena:
00:00:18 - 00:02:28 (ESCENA
1)
Estamos ante
un film que sin duda fue la historia de amor más hermosa rodada por el
autor. James Stewart lo borda en el papel del pasional detective que no se
resigna a perder a su amada cuando cree que ha fallecido. Hitchcock nos
muestra con una maestría sublime como el detective se va enamorando de la
mujer a la que debe seguir. Ya en sus títulos de crédito nos damos cuenta
de que estamos ante una obra maestra. Esas imágenes envolventes
acompañadas por la fenomenal partitura de Bernard Herrmann nos sugieren lo
que el autor espera: una sensación de vértigo
que nos pone en antecedente de lo que nos mostrará más adelante en algunas
secuencias del film.

Escena:
00:15:54 - 00:16:59 (ESCENA
2)
En su
primera aparición, Madeleine ya se nos presenta como si fuera una
autentica diosa, debido a la perfecta iluminación, y a los cuidados
movimientos que realiza en una preciosa escena donde Stewart realiza un
trabajo impecable entre fascinado y asustado. Una fascinación que veremos
crecer en los episodios de la floristería, el museo y sobretodo el
cementerio, pero que veremos en su mayor auge en casa de él una vez la ha
salvado de su presunto intento de suicidio. Hitchcock nos muestra a un
impaciente Scottie, sentado en el sofá de su casa, y va haciendo un
recorrido con la cámara por toda la habitación llegando a la cocina, donde
vemos colgada la ropa mojada de Madeleine, y sigue desplazándose hasta
llegar a la puerta del dormitorio, donde esta la chica. Entramos y la
encontramos desnuda en la cama. Con tan poca cosa, Hitchcock nos lo ha
dicho todo.

Escena:
0:24:45 - 0:25: 09 (ESCENA
3)
El moño en forma de
espiral inunda la escena.

Escena:
01:50:26 - 01:52:00 (ESCENA
4)
Sin duda la escena más hermosa de la película es cuando Scottie ha
recreado a su adorada Madeleine. Acompañada perfectamente por la música de
Herrmann, la escena nos muestra a Scottie anonadado ante la aparición por
el umbral de la puerta de la perfecta Madeleine. Después un apasionado
beso visualizado en un soberbio giro de 360 grados (para el que los
actores fueron colocados sobre una plataforma giratoria consiguiendo así
el deseado efecto de que parezca que son las paredes las que se mueven).

Escena:
01:58:26 - 01:59:55 (ESCENA
5)
Hitchcock trabaja "Vértigo” como una gran serie de espejos. Todo es doble,
todo tiene su simetría, por ende todo avance es falso, porque el avance es
retroceso hacia el inicio.
A lo largo del film se utiliza la técnica de “zoom
in, dolly out”, o “efecto trombón”, que consiste en realizar un travelling
de retroceso simultáneamente con un zoom in. En esta escena de la torre,
donde Scottie vuelve a perder otra vida, sufre continuos ataques de
acrofobia al tiempo que sube una escalera digna de los dibujos de Escher.
La simetría final, con otra muerte y otro cierre narrativo abrupto, deja
el relato en un falso stand by, como aquella primera secuencia. Si
partimos de la base de que en esa primera escena Scottie es quien en
efecto cae (y no el policía), el resto del film es una construcción
irreal.
Scottie se dirime a lo largo del film entre la vida y la muerte.
Comentario:
Vértigo se rodó entre
septiembre y diciembre de 1957 en los estudios Paramount y los exteriores
en San Francisco. Basada en la novela D’entre les morts (De entre los
muertos) de Pierre Boileau y Thomas Narcejac, el guión fue adaptado por el
escritor Alec Coppel, y reescrito posteriormente por Samuel Taylor, un
autor teatral de la época. No obstante, el detalle de trasladar la acción
de Francia (donde transcurre la novela) hasta San Francisco fue idea del
propio Hitchcock. El film debía ser protagonizado por Vera Miles
(Psicosis), pero al quedar ésta embarazada, y al no poder contar con Grace
Kelly, que hacía poco que se había convertido en Princesa de Mónaco, se
optó por contratar a Kim Novak. Su partenaire masculino sería uno de los
actores predilectos del cineasta: James Stewart.
Premios y nominaciones:
1958: 2 nominaciones
al Oscar: Mejor dirección artística, sonido.
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