VIDAS CRUZADAS (1993)

(Short Cuts)

Ficha técnica

Duración: 03:00:23

Director: Robert Altman.

Reparto: Anne Archer (Claire Kane), Bruce Davison (Howard Finnigan), Robert Downey Jr. (Bill Bush), Peter Gallagher (Stormy Weathers), Buck Henry (Gordon Johnson), Jennifer Jason Leigh (Lois Kaiser), Jack Lemmon (Paul Finnigan), Huey Lewis (Vern Miller), Lyle Lovett (Andy Bitkover), Andie MacDowell (Ann Finnigan), Frances McDormand (Betty Weathers), Matthew Modine (Dr. Ralph Wyman), Julianne Moore (Marian Wyman), Chris Penn (Jerry Kaiser), Tim Robbins (Gene Shepard), Annie Ross (Tess Trainer), Lori Singer (Zoe Trainer), Madeleine Stowe (Sherri Shepard), Lili Taylor (Heather Bush), Lily Tomlin (Doreen Piggott), Tom Waits (Earl Piggott) y Fred Ward (Stuart Kane).

Guión: Robert Altman y Frank Barhydt. Basado en Short Cuts, nueve relatos y un poema, de Raymond Carver.

Productor: Cary Brokaw.

Música: Mark Isham.

Fotografía: Walt Lloyd.

Montaje: Geraldine Peroni.

Dirección artística: Stephen Altman.

País: Estados Unidos.

 

 

A pesar de no ser la primera, es conocida como la precursora de este tipo de narrativa que empezó a realizarse con asiduidad a partir de los años 90. Inspirado en ocho historias, cortas independientes y un poema, Altman las transforma en un solo argumento, enlazando la acción de los personajes, en paralelo o con encuentros casuales...

Sinopsis (Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)

 

Una serie de historias costumbristas entrecruzadas que muestran la vida de hoy en el sur de California a través de distintas parejas. Más reciente es Kansas City (1996), un relato que mezcla los mundos del juego, la prostitución, la Mafia, la política y el jazz en la ciudad que da nombre a la película.

Vidas cruzadas es una película de 1993 dirigida por Robert Altman, inspirado en ocho historias cortas y un poema del maestro del cuento norteamericano Raymond Carver. Sustituyendo las ambientaciones habituales de Carver por la ciudad de Los Ángeles, California, la película enlaza la acción de 22 personajes, en paralelo o con encuentros casuales.

Altman se las ingenia para transformar los relatos en un solo argumento cruzando a los personajes con audacia, formando un buen collage con narrativas de varios niveles según el caso de cada personaje. En definitiva nos muestra los dramas que tienen lugar en vidas paralelas. Se mueven en un mundo y en una ciudad deshumanizada, pero quienes quedan totalmente retratados son ellos, personajes que se cruzan, bien porque a través del film lo vas viendo, viven en el mismo barrio o edifico, algunos tienen lazos familiares o por casualidades.

Altman aprovecha un fenómeno natural, un terremoto, al final de la película, como elemento álgido del caos y como cada uno de los personajes o la mayoría, reaccionan en ese momento. No cambia nada.

Vidas cruzadas empieza con unos amenazadores aviones sobrevolando la ciudad de Los Ángeles lanzando un pesticida supuestamente destinado a acabar con una plaga. En la televisión, Howard Finnigan, un conocido locutor, explica las razones y las consecuencias de la fumigación. Uno de los pilotos de los aviones es Stormy Weathers. Estos dos personajes, uno en el aire y el otro en la televisión, serán vistos por todos los protagonistas de las nueve historias que se van a entrelazar a lo largo de tres días en un largo fin de semana que culminará con un terremoto catártico que volverá a colocar las cosas en su sitio. En definitiva, ha pasado todo y no ha pasado nada. Altman no juzga, no castiga, no premia, sólo contempla. Y lo que ve es un crucigrama vital en el que hay dos temas recurrentes: los cumpleaños y los peces. Si trazáramos un esquema con estas vidas cruzadas el resultado podría ser éste:

Howard Finnigan está casado con Ann Finnigan y tienen un hijo, Casey, que cumple años al día siguiente, razón por la que Ann encarga una tarta de cumpleaños a Andy Bitkower, el pastelero.

Los Finnigan son vecinos de Tess y Zoe Trainer, madre e hija, ambas dedicadas a la música, la madre como cantante de jazz y la hija como violonchelista.

 

Jerry Kaiser limpia la piscina de los Finnigan y espía a Zoe mientras se baña, Jerry está casado con Lois, una joven ama de casa que gana dinero con una línea de teléfono erótico.

 

Los mejores amigos de Jerry y Lois son Bill y Honey Bush, joven matrimonio a quien sus vecinos han encargado cuidar su casa mientras están fuera, especialmente les han encarecido atender un inmenso acuario que tiene fascinada a Honey.

Honey es hija de Earl y Doreen Piggot, él conduce limousines por Beverly Hills y le gusta tomar una copa en el club donde canta Tess; ella trabaja en una cafetería. La mañana en que Ann encarga el pastel para Casey, Doreen atropella sin querer al niño que cae en un coma profundo.

 

Ann y Howard le llevan al hospital donde le atiende el Dr. Ralph Wyman. Ralph está casado con Marian, una guapa pintora a quien apasiona el arte y la música. Precisamente en un concierto, los Wyman conocen a los Kane, Claire y Stuart, a los que invitan a su casa el domingo. Stuart se compromete a llevar el pescado para la cena, ya que ese fin de semana se marcha de pesca con unos amigos. Junto al campamento, Stuart, Gordon y Vern, encuentran el cadáver de una chica, pero deciden no comunicarlo hasta que acabe su fin de semana.

 

Mientras tanto, Claire Kane, que trabaja como payaso de cumpleaños para el pastelero Andy, lleva un pastel a casa de Betty Weather, la esposa separada de Stormy que cumple años ese día. En el camino la detiene Gene Shepard, un policía fascistoide, amante de Betty y casado con Sherri, hermana de Marian, la mujer del Dr. Wyman.

 

Ésta es la trama de las historias con personajes que se tocan tangencialmente, sin dependencias, sin relaciones, formando un tapiz urbano y humano. Altman sólo se concede un respiro en su bien conjugado guión, con el personaje de Paul Finnigan, padre de Howard y abuelo de Casey, interpretado por Jack Lemmon. A él le da Altman un tratamiento especial permitiéndole ser el único que no se relaciona con nadie ajeno a su familia y concediéndole el honor de un monólogo de 9 minutos en plano secuencia, un regalo para un actor por el que Robert Altman siente debilidad.

 

 

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© Abel Martín&Marta Martín Sierra