El rey Arturo y sus
caballeros, en su incansable búsqueda del Santo Grial, deberán lidiar con
los más terribles enemigos de la fe, que adoptarán la forma de malignos
caballeros rivales, bestias sanguinarias, brujas, adivinos mefistofélicos,
Scotland Yard... y hasta un conejo carnívoro. Esta es una breve sinopsis
de la parodia que de la Inglaterra medieval dibujan los Monty Python.
Desternillante parodia de la Inglaterra medieval y los caballeros del Rey
Arturo, Los caballeros de la mesa cuadrada es realmente una excusa de los
Monty Python para ejecutar una ácida y tronchante crítica de los
estereotipos de la vida moderna. Después de esta trepidante
sesión de risoterapia, quedan para siempre almacenados en la memoria del
espectador algunos de los mejores gags del cine cómico de los últimos
treinta años: los caballeros sin caballo pero con escuderos que chocan dos
cocos con el fin de simular que son un poderoso ejército al trote, el
Caballero Negro que sigue luchando sin desalentarse aún después de
habérsele amputado todas sus extremidades o los Caballeros que dicen "Ni".
Escena:
00:15:40 - 0:19:45
(ESCENA 1)
- ¡¡Tenemos una bruja!!
¡¡tenemos una bruja!!
- gritan continuamente los
campesinos
-Hemos encontrado una bruja. ¿Podemos quemarla?
- ¿Cómo sabéis que es una bruja? -preguntan
al personaje que parece ser el jefe y que suelta una paloma con un coco
atado a la pata.
- ¡Parece una bruja! ¡Porque
se le nota! ¿No lo veis?
- Mostrádmela.
- No soy una bruja. No soy una bruja
-dice la mujer acusada.
- Es verdad: estás vestida
de bruja.
- Ellos me vistieron así. Y
ésta no es mi nariz. Es postiza.
- ¿Y bien?
- Bueno, le pusimos la
nariz. Y el sombrero. Pero es una bruja.
- ¿La habéis vestido
vosotros así?
- No. Sí. Un poco. Pero
tiene una verruga.
- ¿Y porqué creéis que es
una bruja?
- Porque a mí me
convirtió en grillo!
- dice un hombre normal, mientras todo el mundo lo mira-
¡Y mejoré!
- Hay que quemarla
-gritan todos.
- Hay diversas formas de
saber si es una bruja... decidme ¿qué se hace con las brujas...?
- Quemarlas.
-
¿Y qué otra cosa se quema
aparte de las brujas?
-
¡Mas brujas!
- ¿Por qué arden las brujas?
- Porque están hechas de
madera.
- Exacto. ¿Y cómo se puede
saber si ésta está hecha de madera?
- Haciendo un puente con
ella.
- ¿Pero no se pueden hacer
los puentes también de piedra? -todos quedan pensativos.
- Y la madera, ¿se hunde en
el agua?
-
No, flota. ¡¡¡tirémosla al
pantano!!!
-
¿Y qué más cosas flotan en el agua?
- El pan, las manzanas,
piedras pequeñas,
un cuchillo, la salsa verde, un grillo, ...
- ¡No!, ¡no!, ¡no!
-
¡Un ganso!
-asevera un
nuevo personaje que entra en escena.
- Exacto. Así que si pesa lo
mismo que un ganso... está hecha de madera... y por lo tanto ... ¡es una
bruja!
- Bien, usaremos mi balanza.
-
¡A la balanza!
Una
vez colocada en la balanza se ve que pesan lo mismo. Así que es llevada a
la hoguera.

COMENTARIO
Realmente es ésta una demostración en la que vamos cambiando todas las
condiciones iniciales, trasformándolas hasta que se convierte en aquello
que estamos buscando.
En
este caso la propiedad transitiva utilizada no es adecuada pues las
igualdades utilizadas no son las idóneas.
Y
definitivamente si la balanza está trucada, con unas condiciones iniciales
que demuestran que no es una igualdad, obtener una igualdad demuestra que
lo que añadimos a cada miembro son cosas diferentes. Esto se aprecia
claramente cuando al final no hay nadie en la balanza, un brazo está mucho
más levantado que otro.
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