Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (1975)

(Monty Python and the Holy Grail)

Ficha técnica

Duración: 00:00:00

Director: Terry Gilliam & Terry Jones

Reparto: Monty Python

Música: Neil Innes, Ron Wasserman

Fotografía: Terry Bedford

Guión: Graham Chapman, John Cleese, Michael Palin, Terry Jones, Terry Gilliam, Eric Idle

Montaje: John Hackney

Producción: Mark Forstater, Michael White, Charles Otte

Vestuario: Hazel Pethig
País: USA

 

La secuencia de "ella es una bruja" contiene una serie de errores en el razonamiento, tanto implícitas como explícitas ...

Sinopsis (Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)

 

El rey Arturo y sus caballeros, en su incansable búsqueda del Santo Grial, deberán lidiar con los más terribles enemigos de la fe, que adoptarán la forma de malignos caballeros rivales, bestias sanguinarias, brujas, adivinos mefistofélicos, Scotland Yard... y hasta un conejo carnívoro. Esta es una breve sinopsis de la parodia que de la Inglaterra medieval dibujan los Monty Python.

Desternillante parodia de la Inglaterra medieval y los caballeros del Rey Arturo, Los caballeros de la mesa cuadrada es realmente una excusa de los Monty Python para ejecutar una ácida y tronchante crítica de los estereotipos de la vida moderna. Después de esta trepidante sesión de risoterapia, quedan para siempre almacenados en la memoria del espectador algunos de los mejores gags del cine cómico de los últimos treinta años: los caballeros sin caballo pero con escuderos que chocan dos cocos con el fin de simular que son un poderoso ejército al trote, el Caballero Negro que sigue luchando sin desalentarse aún después de habérsele amputado todas sus extremidades o los Caballeros que dicen "Ni".

Sólo activo en directo, en presentaciones y Congresos... Escena:  00:15:40 -  0:19:45    (ESCENA 1)

- ¡¡Tenemos una bruja!! ¡¡tenemos una bruja!! - gritan continuamente los campesinos -Hemos encontrado una bruja. ¿Podemos quemarla?

- ¿Cómo sabéis que es una bruja? -preguntan al personaje que parece ser el jefe y que suelta una paloma con un coco atado a la pata.

- ¡Parece una bruja! ¡Porque se le nota!  ¿No lo veis?

- Mostrádmela.

- No soy una bruja. No soy una bruja -dice la mujer acusada.

- Es verdad: estás vestida de bruja.

- Ellos me vistieron así. Y ésta no es mi nariz. Es postiza.

- ¿Y bien?

- Bueno, le pusimos la nariz. Y el sombrero. Pero es una bruja.

- ¿La habéis vestido vosotros así?

- No. Sí. Un poco. Pero tiene una verruga.

- ¿Y porqué creéis que es una bruja?

- Porque a mí me convirtió en grillo! - dice un hombre normal, mientras todo el mundo lo mira-  ¡Y mejoré!

- Hay que quemarla -gritan todos.

- Hay diversas formas de saber si es una bruja... decidme ¿qué se hace con las brujas...?

- Quemarlas.

- ¿Y qué otra cosa se quema aparte de las brujas?

- ¡Mas brujas!

- ¿Por qué arden las brujas?

- Porque están hechas de madera.

- Exacto. ¿Y cómo se puede saber si ésta está hecha de madera?

- Haciendo un puente con ella.

- ¿Pero no se pueden hacer los puentes también de piedra? -todos quedan pensativos.

- Y la madera, ¿se hunde en el agua?

- No, flota. ¡¡¡tirémosla al pantano!!!

- ¿Y qué más cosas flotan en el agua?

- El pan, las manzanas,  piedras pequeñas,  un cuchillo, la salsa verde, un grillo, ...

- ¡No!, ¡no!, ¡no!

- ¡Un ganso! -asevera un nuevo personaje que entra en escena.

- Exacto. Así que si pesa lo mismo que un ganso... está hecha de madera... y por lo tanto ... ¡es una bruja!

- Bien, usaremos mi balanza.

- ¡A la balanza!

Una vez colocada en la balanza se ve que pesan lo mismo. Así que es llevada a la hoguera.

 

COMENTARIO

Realmente es ésta una demostración en la que vamos cambiando todas las condiciones iniciales, trasformándolas hasta que se convierte en aquello que estamos buscando.

 En este caso la propiedad transitiva utilizada no es adecuada pues las igualdades utilizadas no son las idóneas.

Y definitivamente si la balanza está trucada, con unas condiciones iniciales que demuestran que no es una igualdad, obtener una igualdad demuestra que lo que añadimos a cada miembro son cosas diferentes. Esto se aprecia claramente cuando al final no hay nadie en la balanza, un brazo está mucho más levantado que otro.

 

 

 

   

© Marta Martín Sierra&Abel Martín